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Cuando parecía que este año la serie no iba a más, que estaba estancada, llegaron los tres últimos episodios. Juego de tronos
lo ha vuelto a hacer: epatar con muertes (¿o supuestas muertes?)
traumáticas para los espectadores y momentos violentos (ay, Cersei) y de
violencia (ay, Arya). Tras siete capítulos en los que parecía que no
pasaba demasiado, tan mal acostumbrados nos dejó la cuarta temporada, y
siguiendo la estela de los aburridos tomos cuatro y cinco de la saga
literaria Canción de hielo y fuego, los guionistas han dejado para el tramo final lo más destacado. La serie de HBO (emitida en España por Canal +)
ha llegado al punto en que ya ha sobrepasado lo contado en los libros y
la sexta temporada, que no llegará hasta la primavera de 2016, va a ser
por fín un descanso en la lucha continua entre espectadores y lectores
que sabían lo que estaba por venir.
La última escena de la quinta temporada, con el linchamiento de uno de los personajes principales al más puro estilo Shakespeare, es bastante fiel al libro (qué difícil ha sido para los lectores mantener este secreto los últimos años). Así como el momento en el que Cersei, humillada, tiene que atravesar a pie la ciudad que dominaba hasta entonces con altivez y arrogancia. Pero se han apreciado muchos cambios y omisiones a lo largo de estos diez capítulos que han vuelto a fomentar el debate entre lectores y espectadores.
La serie de Juego de tronos, como se dijo desde el primer día, es una adaptación, por lo que es un producto con vida propia que se debería disfrutar a la par que los libros. ¿Que hay diferencias? Mejor. ¿Que la adaptación es la correcta? Esa es otra historia. Pero está claro que son necesarios los atajos, algunos inmensos como la llegada de Tyrion a Mereen. ¿Hasta qué punto les importan los lectores a los productores? Sin perderles el respeto, probablemente poco. Esta temporada hemos visto la muerte de un personaje femenino secundario que en los libros publicados hasta la fecha sigue vivo. Y los productores han confirmado que en la próxima entrega del escritor George R. R. Martin ese personaje morirá en circunstancias parecidas. Un spoiler en sentido inverso, de la serie hacia los libros.
Esta temporada, que tras su ecuador empezaba a compartir junto a la segunda el título de la peor hasta la fecha, ha remontado gracias a los colosales momentos del tercio final. Giros y escenas demoledoras que los espectadores acaban comentando y recordando. Pero no es suficiente, porque la historia general, la lucha por el trono (cada vez menos importante) y la amenaza de los caminantes blancos se ve perjudicada.
Un ejemplo que vale para casi todas las tramas: Cersei tiene un final apoteósico, pero necesitaba más elaboración su relación con el Gorrión Supremo, ha sido todo demasiado rápido y breve. Incluso las acusaciones por las que es juzgada la madre Lannister son más flojas y menos pecaminosas que en el libro, donde quizá está más justificado ese paseo de la vergüenza. Y da la sensación de que hay más minutos de la perturbadora caminata de la reina madre que de la explicación de cómo se ha llegado ahí. Incluso la introducción de un nuevo personaje que la protege a su entrada al castillo ha estado mal ejecutada. El paseo de Cersei permanecerá en las retinas de los espectadores como una de las imágenes más potentes de toda la serie, incluso aunque se note un poco que en algunos momentos se ha usado un doble de cuerpo y se ha insertado la cara de la actriz digitalmente.
Lo mismo ha ocurrido con Arya, cuyo paso por la Casa de Blanco y Negro ha sido tan tedioso como en el cuarto tomo literario hasta la impactante revelación final. Eso sí, para compensar, hemos visto una de las mejores escenas de la joven Stark, en su conversión a una asesina profesional implacable. La temporada ha tenido otros momentos flojos, como todo lo ocurrido en Dorne con Jaime Lannister y su hija/sobrina, aunque los espectadores españoles hemos estado más atentos en devorar los detalles del Alcázar de Sevilla.
Se ha acusado a los guionistas y productores (el autor de los libros incluido) de matar a demasiados personajes principales, de extrema violencia, sexo y escenas de desnudos gratuitos, pero hay que admitirlo, nada de eso va a cambiar a estas alturas y es parte de lo que hace que esta serie sea algo diferente, algo que se sale de lo normal. Ya es imposible verla y adivinar lo que está por venir. Además, es la primera vez que el último capítulo deja tantos momentos impactantes y tramas a medias. Hasta ahora el décimo capítulo siempre había sido uno de transición. Quizá el misterio sobre si realmente el personaje que es apuñalado ha muerto o no sea la causa. Hay muchas teorías al respecto.
Y encima, a partir de ahora los lectores ya no sabemos nada, como Jon Nieve.
La última escena de la quinta temporada, con el linchamiento de uno de los personajes principales al más puro estilo Shakespeare, es bastante fiel al libro (qué difícil ha sido para los lectores mantener este secreto los últimos años). Así como el momento en el que Cersei, humillada, tiene que atravesar a pie la ciudad que dominaba hasta entonces con altivez y arrogancia. Pero se han apreciado muchos cambios y omisiones a lo largo de estos diez capítulos que han vuelto a fomentar el debate entre lectores y espectadores.
La serie de Juego de tronos, como se dijo desde el primer día, es una adaptación, por lo que es un producto con vida propia que se debería disfrutar a la par que los libros. ¿Que hay diferencias? Mejor. ¿Que la adaptación es la correcta? Esa es otra historia. Pero está claro que son necesarios los atajos, algunos inmensos como la llegada de Tyrion a Mereen. ¿Hasta qué punto les importan los lectores a los productores? Sin perderles el respeto, probablemente poco. Esta temporada hemos visto la muerte de un personaje femenino secundario que en los libros publicados hasta la fecha sigue vivo. Y los productores han confirmado que en la próxima entrega del escritor George R. R. Martin ese personaje morirá en circunstancias parecidas. Un spoiler en sentido inverso, de la serie hacia los libros.
Esta temporada, que tras su ecuador empezaba a compartir junto a la segunda el título de la peor hasta la fecha, ha remontado gracias a los colosales momentos del tercio final. Giros y escenas demoledoras que los espectadores acaban comentando y recordando. Pero no es suficiente, porque la historia general, la lucha por el trono (cada vez menos importante) y la amenaza de los caminantes blancos se ve perjudicada.
Un ejemplo que vale para casi todas las tramas: Cersei tiene un final apoteósico, pero necesitaba más elaboración su relación con el Gorrión Supremo, ha sido todo demasiado rápido y breve. Incluso las acusaciones por las que es juzgada la madre Lannister son más flojas y menos pecaminosas que en el libro, donde quizá está más justificado ese paseo de la vergüenza. Y da la sensación de que hay más minutos de la perturbadora caminata de la reina madre que de la explicación de cómo se ha llegado ahí. Incluso la introducción de un nuevo personaje que la protege a su entrada al castillo ha estado mal ejecutada. El paseo de Cersei permanecerá en las retinas de los espectadores como una de las imágenes más potentes de toda la serie, incluso aunque se note un poco que en algunos momentos se ha usado un doble de cuerpo y se ha insertado la cara de la actriz digitalmente.
Lo mismo ha ocurrido con Arya, cuyo paso por la Casa de Blanco y Negro ha sido tan tedioso como en el cuarto tomo literario hasta la impactante revelación final. Eso sí, para compensar, hemos visto una de las mejores escenas de la joven Stark, en su conversión a una asesina profesional implacable. La temporada ha tenido otros momentos flojos, como todo lo ocurrido en Dorne con Jaime Lannister y su hija/sobrina, aunque los espectadores españoles hemos estado más atentos en devorar los detalles del Alcázar de Sevilla.
Se ha acusado a los guionistas y productores (el autor de los libros incluido) de matar a demasiados personajes principales, de extrema violencia, sexo y escenas de desnudos gratuitos, pero hay que admitirlo, nada de eso va a cambiar a estas alturas y es parte de lo que hace que esta serie sea algo diferente, algo que se sale de lo normal. Ya es imposible verla y adivinar lo que está por venir. Además, es la primera vez que el último capítulo deja tantos momentos impactantes y tramas a medias. Hasta ahora el décimo capítulo siempre había sido uno de transición. Quizá el misterio sobre si realmente el personaje que es apuñalado ha muerto o no sea la causa. Hay muchas teorías al respecto.
Y encima, a partir de ahora los lectores ya no sabemos nada, como Jon Nieve.
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