El primer Citando Citas es para Cazadores de Sombras 1: Ciudad de Hueso de Cassandra Clare.
Estas son las partes del libro que más me han gustado, he de decir que la mayoría son de Jace (me encanta el personaje)
¿Cuales son las partes que más os gustan (si os habéis leído el libro)?
Ahí van =)
-¿Qué es esto?
–exigió, pasando la mirada de Clary a sus compañeros, como si ellos debieran
saber qué hacía ella allí.
-Es una chica –dijo
Jace, recuperando la serenidad-. Seguramente habrás visto chicas antes, Alec.
Tu hermana Isabelle es una.
Pág. 22
Cáp. 1 Pandemónium.
-¿Clarissa Fray?
La voz al otro lado del teléfono sonaba familiar, aunque no
inmediatamente identificable.
Clary retorció nerviosamente el cordón del teléfono
alrededor del dedo.
-¿Sííí?
-Hola, soy uno de los gamberros con cuchillo que conociste
anoche en el Pandemónium. Me temo que te causé una mala impresión y esperaba
que me dieras la oportunidad de resarcirte…
-¡SIMON! –Clary
mantuvo el teléfono alejado del oído mientras él soltaba una carcajada-. ¡No
tiene gracia!
-Ya lo creo que la
tiene. Simplemente no le ves el lado cómico.
Pág. 29-30
Cáp. 2 Secretos y mentiras.
La puerta se abrió de golpe. Jocelyn soltó un pequeño grito.
-¡Jesús! –exclamó
Luke.
-En realidad soy sólo
yo –dijo Simon-. Aunque me han dicho que el parecido es sorprendente.
Pág. 39
Cáp. 2 Secretos y mentiras.
-¿Qué hay de las
momias? ¿Sólo andan por Egipto?
-No seas ridícula.
Nadie cree en momias.
Pág. 55
Cáp. 3 Cazador de sombras.
-¿Qué ha pasado con
mi ropa?
-Estaba cubierta de
sangre y veneno. Jace la quemó.
-¿Ah, sí? –inquirió Clary-. Dime, ¿es siempre tan grosero, o
guarda eso para los mundanos?
-Bueno, es grosero
con todo el mundo –respondió Isabelle con displicencia-. Es lo que lo convierte
en condenadamente sexy.
Pág. 71
Cáp. 5 Clave y alianza
Si alguien llama a una anguila eléctrica “patito de goma”,
eso no convierte a la anguila en patito, ¿no es cierto? Por tanto, que Dios se
apiade del pobre desgraciado que decide que quiere darse un baño con el
“patito”.
Pág. 94
Cáp. 6 Repudiado.
-¿Jace?
-¿Sí?
-¿Cómo supiste que
tenía sangre de cazador de sombras? ¿Había algún modo de que pudieras darte
cuenta?
El ascensor llegó con un último crujido. Jace descorrió el
pestillo de la reja y la deslizó a un lado, abriéndola. El interior recordó a
Clary una jaula para pájaros, todo metal negro y decorativos pedacitos dorados.
-Lo imaginé –dijo él,
pasando el pestillo de la puerta tras ellos-. Parecía la explicación más
probable.
-¿Lo imaginaste?
Debiste de haber estado muy seguro, teniendo en cuenta que podrías haberme
matado.
El muchacho presionó un botón en la pared, y el ascensor dio
una sacudida, poniéndose en marcha con un vibrante gemido que ella notó en
todos los huesos de los pies.
-Estaba un noventa
por ciento seguro.
-Comprendo –dijo
Clary.
Algo en su voy hizo que él se volviera para mirarla. La mano
de Clary restalló contra su cara en un bofetón que lo balanceó hacia atrás
sobre los talones. Se llevó la mano a la mejilla, más sorprendido que dolorido.
-¿A qué diablos viene
eso?
-El otro diez por
ciento –contestó ella, y descendieron el resto de trayecto hasta la calle en
silencio.
Pág. 95-96
Cáp. 6 Repudiado.
-Supongo que también
era demasiado pedir que te molestaras en llamarme y decirme que te habías liado
con un rubiales teñido medio gótico que probablemente conociste en el
Pandemónium. –Simon remarcó agriamente-. Me he pasado los tres últimos días
preguntándome si estarías muerta.
-No me he liado con
nadie –aclaró ella.
-Y soy rubio natural
–indicó Jace-. Sólo para que conste.
Pág. 127
Cáp. 8 El arma preferida
-No sería lo que yo
haría –coincidió Jace-. Primero los dulces y las flores, luego las cartas de
disculpa y a continuación las hordas de demonios rapiñadores. En ese orden.
Pág. 168
Cáp. 10 Ciudad de hueso.
La amplia sonrisa de Jace fue un destello blanco en la
oscuridad.
-Significa: Cazadores
de sombras. Les sienta mejor el negro que a las viudas de nuestros enemigos
desde 1234.
Pág. 193
Cáp. 10 Ciudad de hueso.
-¿Es ahora cuando
empiezas a romper tiras de tela de tu camiseta para vendarme la herida? –bromeó
ella.
-Si lo que quieres es
que me arranque la ropa, deberías habérmelo pedido. Habría sido mucho menos
doloroso.
Pág. 201
Cáp. 10 Ciudad de hueso
Incluso vestido de cazador de demonios, se dijo Clary, Simon
parecía la clase de chico que iría a recogerte a casa para salir y sería
educado con tus padres y simpático con tus mascotas.
Jace, por otra parte, parecía la clase de chico que pasaría
por tu casa y la quemaría hasta los cimientos por diversión.
Pág. 228
Cáp. 14 El hotel Dumort.
-¿Qué haces aquí, de
todos modos?
-¿“Aquí” indicando tu
dormitorio o “aquí” indicando la gran cuestión espiritual de nuestro propósito
en este planeta? Si estás preguntando si es todo simplemente una coincidencia
cósmica o existe un mayor propósito meta-ético en la vida, entonces, bien, ése
es el eterno rompecabezas. Me refiero a que el simple reduccionismo ontológico
es a todas luces un argumento falaz, pero…
Me vuelvo a la cama
–respondió Clary.
Pág.325
Cáp. 16 Ángeles caídos
-Tengo una cosa para
ti –dijo él.
Metió la mano en el bolsillo y sacó algo, que le puso en la
mano.
Era una piedra gris, ligeramente irregular, desgastada hasta
quedar lisa en algunos puntos.
-¡Ja! –exclamó ella,
haciéndola girar en los dedos-. Sabes, cuando la mayoría de las chicas dicen
que quieren un pedrusco, no se refieren, ya sabes, literalmente a un pedrusco.
Pág. 331-332
Cáp. 17 La flor de medianoche
-Ver a través de un glamour o encanto es fácil. Es la gente
la que resulta difícil.
Pág. 361
Cáp. 18 La copa mortal